En este artículo quiero
explicar, desde mi experiencia, cómo nos puede ayudar la técnica EFT en el proceso básico de la terapia Gestalt: el “darme cuenta”, primer paso
para tomar conciencia de lo que nos pasa y tener la oportunidad de poderlo
sanar.
En primer lugar,
mostraros una pequeña definición:
•EFT: técnica energética de liberación
emocional que nos permite tratar cualquier aspecto físico, mental y emocional
mediante el tapeo (acupuntura sin agujas) de unos puntos clave en nuestro
cuerpo (meridianos de la medicina china) a la vez que nos enfocamos en el
asunto a tratar.
•Terapia Gestalt: pertenece a la
psicología humanista cuyo objetivo no es solo curar enfermos sino desarrollar
el potencial humano. Sus premisas básicas son el “darse cuenta” en el aquí y
ahora de lo qué y cómo nos pasa con la intención de hacernos responsables de
toda nuestra realidad.
En la mayoría de ocasiones no resulta tan
sencillo el “darse cuenta” y nos
perdemos en mentalismos, justificaciones, dudas, etc. Cerramos el sentir,
negándonos a nosotros mismos, de una manera inconsciente o no, la posibilidad
de conocernos y sanarnos.
La técnica EFT nos ayuda
a ese sentir y a darnos cuenta de lo qué nos pasa y cómo nos pasa, facilitando
el contacto con nosotros mismos. Nos
baja de lo mental a lo emocional, nos permite ir al subconsciente, carente de
autoengaños. EFT nos ayuda a conectar con
emociones reprimidas, recuerdos, imágenes, miedos, deseos, limitaciones,
conflictos, etc. EFT nos abre un camino directo a nuestros bloqueos más enquistados, trae
a la luz los aspectos a sanar, primer paso para el autoconocimiento.
En este punto, cuando ya
estamos conectados, hacemos visibles nuestros conflictos y somos conscientes de
lo que nos pasa, ya sea con nosotros mismos o con otras personas, es útil y
eficiente empezar el proceso gestáltico.
La terapia Gestalt nos
permite dialogar con todas esas
partes bloqueadas y/o negadas de nosotros mismos. También nos facilita el
dialogar con todas aquellas personas que tenemos cosas pendientes y no nos
hemos permitido soltar. Entre otras técnicas, utilizamos la de la “silla vacía” donde la misma persona
puede encarnar todas las partes de
su conflicto para negociar, poderlo
solucionar o llegar a un acuerdo desde si
y con si misma.
El objetivo final es soltar todo aquello que nos molesta,
de dejarnos sentir sin culpa, de
permitirnos, en cada segundo de nuestra vida, darnos cuenta de lo que nos pasa. De conocernos para entendernos y aceptarnos. De estar en
contacto con nosotros mismos y con lo que nos rodea, poniendo nuestros límites sin miedo y con amor.